viernes, 22 de marzo de 2013

Un poco de Borges.

Discusión, 1932.
Historia de la Eternidad, 1936.
Otras Inquisiciones,  1952.

Borges, Borges, Borges. Tiene una moneda de 2 pesos, lo cual es mucho ya que no abundan los no militares en los pesos argentinos. Seguramente le hubiese gustado, siempre contando de sus antepasados y su juego en la historia, como en "Nueva refutación del tiempo", uno de los ensayos de Otras Inquisiciones:

"A principios de agosto de 1824, el capitán Isidoro Suarez, a la cabeza  de un escuadrón de Húsares del Perú, decidió la victoria de Junín"
Ese ensalzamiento de su historia familiar en la historia argentina guarda una contracara, Isidoro Suarez decide efectivamente la victoria de Junín, pero lo hace desobedeciendo órdenes, y en el ámbito militar la disciplina, creo, es importante. Sin embargo no por ello, cabe menoscabo de semejante acto de arrojo, en el que me parece ver un paralelismo con el momento de "Biografía de Tadeo Isidoro Cruz", mi cuento favorito. Allí Cruz, "no permite que se mate a un valiente" y lucha contra la partida de la que formaba parte en defensa de Martín Fierro.

El término "obra" no le queda grande al vasto rejunte de los libros de Borges, que al igual que la historia de su antepasado tiene cara y contracara. Hay un primer Borges y un segundo Borges, un Borges "nacional" y otro "universal" (otros, con otras razones pueden llamarlo con menos simpatia).

Esta doble cara es patente en Otras Inquisiciones, porque si estas son "otras" ¿cuales son las unas? Hace pocos años se reedito Inquisiciones, uno de sus primeros libros, de 1925. Allí está el primer Borges, el Borges que hizo Fervor de Buenos Aires, Luna de enfrente, Cuaderno San Martín. Todos libros de una primer época. Desde luego que hay continuidades entre estos libros de poesía y su obra posterior, la ruptura no es total, pero el hecho de que en vida halla intentado borrar de la existencia los números publicados de Inquisiciones y negádose a una segunda edición no puede soslayarse.

Su intento por hacer desaparecer Inquisiciones recuerda a Shih Huang Ti, personaje del primer ensayo de Otras Inquisiciones, "La muralla y los libros", quien hizo quemar todos los libros de historia de China para borrar el pasado y construir la muralla para detener el avance bárbaro. No es intención de estos comentarios inquirir en la diferencia entre "Inquisiciones", pero por qué no jugar un poco con los títulos. ¿Qué es lo que inquiere Borges en sus ensayos?

En Otras... los títulos de los ensayos hablan casi por si solos. Varios de ellos están dedicados al examen de temas tratados en textos de autores extranjeros:  Pascal, Coleridge, Dunne, Gosse, Castro, Quevedo, Hawthorne, Valery, Fitzgerald, Wilde, Chesterton, Wells, Kafka, Keats, Beckford, Shaw... etc. Dos de estos ensayos me parecen importantes ya que marcan el rechazo de Borges hacia "el nacionalismo", entendiendo a este como la prédica y alabanza de lo local, tema caro a la cultura argentina y que viene siendo planteado en su obra desde Discusión y el ensayo "El escritor argentino y la tradición".

Estos dos ensayos son "Las alarmas de Américo Castro" y "Nuestro pobre individualismo". El primero es una crítica fulminante sobre la opinión del filólogo Castro sobre las letras argentinas, en las cuales observa un "desbarajuste lingüístico". Borges da vuelta el argumento de Castro y demuestra lo errado de su jucio, centrado en el "lunfardismo", jergas, arcaismos y hasta "gauchismos"... y no lo hace sin cierta jactancia maliciosa. En "Nuestro pobre individualismo" Borges crítica, entre otras cuestiones políticas, lo restrictivo del nacionalismo en "el propósito de fomentar los mejores rasgos argentinos". Su antiperonismo es famoso, fue un propagador de esta concepción, digamos, "negativa", en tanto que se definía por oposición y es recompensado por ella en el 55 o 56 (no recuerdo bien) con la Dirección de la Biblioteca Nacional. Pero no es este asunto pertinente, en cambio si lo es en tanto que remite a "El escritor argentino y la tradición" donde plantea algunas consideraciones semejantes como: "la idea de que la poesía argentina debe abundar en rasgos diferenciales argentinos y em color local argentino me parece una equivocación". No es que Borges practique una estética "antiargentina", es que quiere una literatura argentina que no se limite a lo local y converse con temas universales, donde el universo es la cultura occidental y los temas, abstracciones: "el tiempo, el espacio, el mar, la noche".

El tiempo es justamente uno de los temas que él mas trata... pero eso queda para despues...





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